Nuestro cuerpo es una máquina perfecta, pero en ocasiones actúa de forma inesperada, por ejemplo cuando las células anómalas proliferan y se dividen sin control de manera imprevisible, sobrepasando en número a las células normales.

Cuando el organismo, se encuentra en ese proceso de cambio, se transforma y debilita principalmente el sistema inmunológico, aunque, también puede verse mermado el sistema nervioso, ya sea por el proceso de cambio constante, como por los efectos secundarios de la medicación administrada. Se deteriora el manto hidrolipídico como se puede destruir el tejido corporal.

Conocer cuáles son los cambios que se pueden llegar a desarrollar en el cuerpo, tanto la enfermedad como la medicación, sirven para que el paciente pueda fortalecer su confianza, y siempre que se pueda prevenir o disminuir daños colaterales.

El denominador común ante cualquier enfermedad que acarree una bajada del sistema inmunitario, es la deshidratación y a partir de ahí otras afecciones derivadas como:

• Fotosensibilidad, tanto en la propia enfermedad con el tratamiento recibido puede causar hiperpigmentación, bien en la zona donde se suministra como en zonas de roce o pliegues de la piel.
• Sequedad, puede generar descamación, malestar, picor, irritación y rojez, aparte de aspereza, falta de elasticidad y tono mate de la piel.
• Prurito, produce picor y escozor en un 30% de los pacientes, pudiendo llegar a lesionarse por rascar la piel, también rojeces, irritaciones e inflamaciones, y si el tejido está dañado se pueden generar manchas.

Estos síntomas se agravan o se producen tanto con la quimioterapia como la radioterapia. La mayoría ellos son reversibles, y una vez superada la enfermedad, o cuando finaliza el tratamiento la piel vuelve a su estado habitual.

Es importante adaptar las rutinas en este proceso, siguiendo las siguientes pautas:

Aplicar cremas hidratantes y cremas con protección solar. Los bloqueadores solares hay que aplicarlos todo el año, incluso si está nublado.

Las duchas mejor que sean con agua tibia y cortas, después secar bien la piel haciendo hincapié en zonas de pliegue, sin frotar.

Utilizar jabones neutros para el cuerpo y en general productos que no contengan parabenos; hay que bajar la toxicidad en todo lo que esté en nuestra mano.

Beber mucha agua.

Mantener una dieta equilibrada, eliminar los alimentos que estén contraindicados.

Evitar las depilaciones, si te rasuras evita las zonas que estén irritadas.

Cuando la piel está extremadamente seca es mejor optar por prendas de algodón, y en general ropa cómoda, que el roce no produzca más irritación.

Cuidado con los exfoliantes, hasta que el médico no haya dado de alta al paciente hay que prescindir de productos que contengan: retinoides, ácidos glicólico, salicílico.

El único ácido que se va a convertir en imprescindible será el ácido hialurónico, los exfoliantes deben de ser físicos y suaves.

Consultar con el oncólogo si el paciente puede realizar tratamientos con aparatología, y de qué tipo, y si puede recibir masajes, obviamente en otras zonas que no sean el área localizada del tumor.

Durante este proceso hay que aumentar las defensas y la hidratación de la piel, por eso, el tratamiento facial más completo para ello es Unstress, sus beneficios son innumerables, partiendo de una base de cosmética limpia (libre de contaminantes), es una línea que desestresa la piel, reconforta, aumenta sistema inmune, a partir de activos calmantes, descongestivos, antimicrobianos y antioxidantes, con una suave esencia de Frangipani que además de acondicionar la piel estimulará los receptores olfativos.

En momentos tan estresantes, como el hecho, de padecer un proceso oncológico, hay que buscar en los pequeños detalles, los placeres de la vida, como el arte de aplicar un serum hasta masajear la piel con una crema.

Para ello, Unstress es un tratamiento hecho a medida para todas las sensibilidades que se pueden producir en la piel, utiliza agentes bioactivos que aportan protección al ADN y a la membrana celular, reduciendo de esta manera la vulnerabilidad de la piel frente al estrés u otras agresiones.

Según como sea la piel, se puede encontrar diferentes productos en función de las necesidades, como la leche limpiadora Gentle Cleasing Milk, que a través de activos como la caléndula, reduce la inflamación y el picor fortaleciendo la barrera protectora.

Si por el contrario, se busca otro tipo de textura, Comfort Cleansing Mousse, que a través del extracto de té verde protege contra las agresiones medioambientales, elimina la suciedad, los residuos de maquillaje y los contaminantes.

Es importante, mantener la piel hidratada con Probiotic Day Cream SPF15, fortalece la inmunidad de la piel, protege contra los rayos solares, la radiación y previene la inflamación y el envejecimiento prematuro de la piel.

Hay dos zonas que también pueden padecer mucha deshidratación: las manos y los pies, prestar atención a esa zona es importante, con Intensive Moisturizing Hand Cream y Pampering Foot Cream/ en tus pies, se mantiene la hidratación y gracias a sus ingredientes se sentirá una sensación de frescor y descanso.